Ultrasonido obstétrico y ginecológico.

El ultrasonido obstétrico se emplea para evaluar el crecimiento y desarrollo del feto durante el embarazo, mientras que la ginecológica permite visualizar los órganos reproductivos femeninos. Ambas son esenciales para el seguimiento prenatal, la detección de anomalías y la evaluación de la salud reproductiva.

Ultrasonido abdominal y de órganos.

El ultrasonido abdominal es valioso para examinar órganos como el hígado, riñones y vesícula biliar. Permite la detección de tumores, quistes u otras anormalidades. Además, es una herramienta común para guiar procedimientos como la biopsia hepática.

Ultrasonido musculoesquelético.

En este contexto, la ultrasonografía se utiliza para evaluar músculos, tendones, ligamentos y articulaciones. Ayuda en el diagnóstico de lesiones deportivas, enfermedades articulares y guía procedimientos como la infiltración de corticosteroides.

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